Según datos de la Organización Mundial de la Salud, México es uno de los diez países con más accidentes viales en el planeta, ocasionando anualmente la muerte de 24 mil personas y dejando otras 40 mil lesionadas o discapacitadas permanentemente. Tan sólo en la Ciudad de México, la Secretaria de Seguridad Pública ha revelado que de cada catorce personas que son atropelladas todos los días, dos de ellas encuentran la muerte por simplemente cruzar la calle.
La gran mayoría de estas muertes son consecuencia de la escasa cultura vial que persiste en la sociedad mexicana. Desde el simple hecho que para obtener una licencia de manejo no es necesario pasar ninguna prueba ni examen, hasta el completo desconocimiento de las normas viales. Sin embargo, la verdadera raíz del problema es la falta de convivencia y respeto entre los mismos ciudadanos que salen a la calle todos los días.
Una de las tantas evidencias de esta falta de respeto hacia los demás, se puede ver en algunos postes de la Ciudad de México con las llamadas “Bicicletas Fantasma”. Las cuales son pintadas de blanco e instaladas por grupos de ciclistas con dos objetivos: rendir homenaje a un compañero que fue muerto por un automovilista, y exigir una mejor cultura vial para que todos podamos transitar seguros en la ciudad.
El ritual de pintar e instalar “Bicicletas Fantasma” inicio en Estados Unidos en octubre del 2002, y cientos de ciudades alrededor del mundo han adoptado este símbolo como muestra de la falta de cultura vial. La primera “bicicleta fantasma” mexicana fue instalada en mayo del 2009, perteneciente a la diseñadora Liliana Castillo que murió a los 23 años en la esquina de Av. Universidad y Mayorazgo, delegación Coyoacán.
Hasta la fecha en la Ciudad de México se han documentado al menos ocho “Bicicletas Fantasma”, de las cuales dos fueron retiradas o robadas. La cultura vial es un asunto de educación y concierne no sólo a la autoridad, sino a las personas quienes no han aprendido que para vivir en sociedad tan sólo basta con pensar en los demás.
La gran mayoría de estas muertes son consecuencia de la escasa cultura vial que persiste en la sociedad mexicana. Desde el simple hecho que para obtener una licencia de manejo no es necesario pasar ninguna prueba ni examen, hasta el completo desconocimiento de las normas viales. Sin embargo, la verdadera raíz del problema es la falta de convivencia y respeto entre los mismos ciudadanos que salen a la calle todos los días.
Una de las tantas evidencias de esta falta de respeto hacia los demás, se puede ver en algunos postes de la Ciudad de México con las llamadas “Bicicletas Fantasma”. Las cuales son pintadas de blanco e instaladas por grupos de ciclistas con dos objetivos: rendir homenaje a un compañero que fue muerto por un automovilista, y exigir una mejor cultura vial para que todos podamos transitar seguros en la ciudad.
El ritual de pintar e instalar “Bicicletas Fantasma” inicio en Estados Unidos en octubre del 2002, y cientos de ciudades alrededor del mundo han adoptado este símbolo como muestra de la falta de cultura vial. La primera “bicicleta fantasma” mexicana fue instalada en mayo del 2009, perteneciente a la diseñadora Liliana Castillo que murió a los 23 años en la esquina de Av. Universidad y Mayorazgo, delegación Coyoacán.
Hasta la fecha en la Ciudad de México se han documentado al menos ocho “Bicicletas Fantasma”, de las cuales dos fueron retiradas o robadas. La cultura vial es un asunto de educación y concierne no sólo a la autoridad, sino a las personas quienes no han aprendido que para vivir en sociedad tan sólo basta con pensar en los demás.
Estética:
A través de las bicicletas blancas sobresaliendo en la noche negra con destellos de luz de autos circulando y enmarcados con páginas del “Guía-Roji”, se busca representar el contraste vial en la Ciudad de México. Todos los encuadres son verticales para dar continuidad a los postes, usando luz natural y/o flash para producir la sensación surrealista/costumbrista tan mexicana. Cada fotografía va acompañada de una cédula que identifica el nombre de la víctima, lugar y fecha del accidente vial.
Material:
- Siete fotografías impresas 12x15" montadas en 19x22".
- Siete cédulas de identificación 4x3".
- Una cédula de presentación 12x18".
Galería:
Exhibiciones:
- Octubre 2011 en “Lecturas sobre la muerte”, exposición colectiva en la Casa de Cultura Raúl Anguiano del Parque Ecológico Huayamilpas, delegación Coyoacán.